Los limbers no pasan de moda
Los preferidos son mantecado, coco, piña y limón
La tradición se ha transformado; antes solo se conseguían en "la casa de la señora de la esquina", pero ahora se adquieren en colmados, farmacias y hasta gasolineras.Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com
Se trata de los límbers, considerados por muchos como la versión moderna de las tradicionales piraguas. De hecho, los limbers ya son una tradición casi centenaria en la Isla.
Víctor Ramos, presidente de Limber Tito, indicó que actualmente hay unas 15 empresas dedicadas a la producción de limbers al por mayor. La suya es una de esas.
Ramos, quien emplea a 12 personas en su fábrica ubicada en Ponce, narró que su negocio "ha crecido tanto" en los pasados ocho años, que está presente en el 75% del País. Sus clientes principales son gasolineras, farmacias, colmados y escuelas públicas y privadas.
Limber Tito produce 23 sabores de limbers, pero lo más populares son coco y mantecado. Los más raros, dijo Ramos, son pistacho, mantequilla de maní, café, bizcocho y chocolate.
"Mi producto no es el típico limber que era un cubito de hielo. Hago productos de fruta natural, nada de jugos o sirop", señaló Ramos al justificar el que se limbers cuesten entre $1 y $1.35. Ese precio, sin embargo, es a discreción de cada comerciante.
Ángel Alayón también tiene su fábrica de limbers. La Casa del Limber, Inc. está ubicada en Aguada y emplea a siete personas.
"La necesidad económica me motivó a crear la compañía, mi esposa no tenía trabajo. Empezamos en un quiosco y de ahí surgió la idea de producir limbers al por mayor. Usamos un sistema en el que ponemos neveras con los limbers", relató Alayón.
Al igual que Ramos, Alayón distribuye sus limbers en el 75% de la Isla. Sus clientes principales también son farmacias, gasolineras, panaderías y colmados.
"Empezamos con 21 sabores, pero nos quedamos con los seis de mayor rentabilidad: mantecado, coco, fruta, piña, limón y chocolate", dijo Alayón.
Aún se consiguen
Pese a este auge, todavía se consiguen limbers en las comunidades y mucho más baratos.
Una que aún los hace es Nereida Rivera, de 76 años y residente en Ponce, quien lleva más de 20 años dedicada a la confección de limbers.
"Los empecé a hacer cuando me retiré y esperaba a que me aprobaran la pensión", expresó Rivera, cuyos limbers cuestan entre 10 y 25 centavos.
Con el dinerito que recauda, agregó, sufraga sus gastos de agua, luz y teléfono.
"Los sabores que más hago son fruta, piña, mantecado, tamarindo y chocolate. Pero mis limbers tienen un toque distinto. A los de fruta, por ejemplo, les pongo ensalada de fruta y a los de piña les pongo trozos de piña. La gente viene buscando ese toque especial", afirmó Rivera, quien no se ha visto afectada por la proliferación de fábricas de limbers.
Otra ponceña que hacía limbers, pero "se retiró" hace una década, es Raquel Colón, de 64 años. Según narró emocionada, empezó a hacer limbers para costear el quinceañero de su hija, que actualmente tiene 39 años.
"Pude hacerle el quinceañero y con lo que recaudaba después compraba cosas para mí y para la casa. Como ahora casi no hay gente que haga los limbers, me siguen procurando. Pero yo ya no los hago", dijo Colón, quien vendía muchos limbers de mantecado, fruta, coco, piña, tamarindo y guanábana.
Los orígenes de los limbers se remontan a finales de la década de 1920. Específicamente, en 1928 aterrizó en la Isla Charles Lindbergh, el primer aviador que cruzó el Atlántico solo y en un vuelo sin escalas. Cuentan que al bajarse del avión, Lindbergh fue agasado con un refresco congelado que, como no tenía nombre, luego se le llamó limber. Cuentan, además, que los limbers se llaman así porque Lindbergh era un hombre "bien frío".
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